Definitivamente, el color que elijas para la decoración de tu espacio tendrá una repercusión inmediata en el diario desarrollo de tu familia, así como el éxito de tu negocio y ambiente de trabajo.
Evita los colores fuertes en grandes proporciones déjalos para acentuar con detalles decorativos, por ejemplo el rojo altera y enerva, por lo tanto no pintes todas las paredes de este color, en cambio, puedes usarlo en manteles, colchas, cojines o para romper la monotonía, en una sola pared. Lo mismo sucede con el azul que, por el contrario es un color muy frío, en todo caso, prefiere el azul cielo o en tonos pastel para tranquilizar en los espacios donde habiten niños traviesos con exceso de energía.
Cocina y comedor: los colores que levantan el apetito son los relacionados con los colores de la comida: verdes, amarillos, naranjas, tierras. Para la cocina siempre es más recomendable el blanco y crema con acentos en alguno de los mencionados.
Salas y estancias. El amarillo en todas sus gamas hace feliz a la gente, así que si pintas tus paredes de este color y complementas con terracotas (cafés rojizos) tu familia y visitas estarán muy cómodas.
Habitación conyugal: esta área es muy delicada, por eso se recomienda un color neutro como crema o beige. Quienes necesitan agregar pasión a su relación, pueden complementar con detalles en rojo, café o naranja quemado. Para aquellos que pelean y discuten en exceso, se recomienda añadir detalles en azul claro y verde claro.
Habitaciones infantiles: si los niños son retraídos, se recomienda la utilización de amarillos y naranjas, si por el contrario, son muy vigorosos, usa tonos pastel, en especial el azul.
Habitaciones de jóvenes y adolescentes: colores chispeantes y llenos de vida como el violeta, rosa, amarillo, naranja, azul y en general colores muy brillantes. Los jovencitos visten de negro porque andan en busca de su identidad, pero hay que tener cuidado con la utilización del negro en sus habitaciones, pues pueden llevarlos a una vida triste y retraída, a encerrarse por horas sintiéndose totalmente incomprendidos.
Evita los colores fuertes en grandes proporciones déjalos para acentuar con detalles decorativos, por ejemplo el rojo altera y enerva, por lo tanto no pintes todas las paredes de este color, en cambio, puedes usarlo en manteles, colchas, cojines o para romper la monotonía, en una sola pared. Lo mismo sucede con el azul que, por el contrario es un color muy frío, en todo caso, prefiere el azul cielo o en tonos pastel para tranquilizar en los espacios donde habiten niños traviesos con exceso de energía.
Cocina y comedor: los colores que levantan el apetito son los relacionados con los colores de la comida: verdes, amarillos, naranjas, tierras. Para la cocina siempre es más recomendable el blanco y crema con acentos en alguno de los mencionados.
Salas y estancias. El amarillo en todas sus gamas hace feliz a la gente, así que si pintas tus paredes de este color y complementas con terracotas (cafés rojizos) tu familia y visitas estarán muy cómodas.
Habitación conyugal: esta área es muy delicada, por eso se recomienda un color neutro como crema o beige. Quienes necesitan agregar pasión a su relación, pueden complementar con detalles en rojo, café o naranja quemado. Para aquellos que pelean y discuten en exceso, se recomienda añadir detalles en azul claro y verde claro.
Habitaciones infantiles: si los niños son retraídos, se recomienda la utilización de amarillos y naranjas, si por el contrario, son muy vigorosos, usa tonos pastel, en especial el azul.
Habitaciones de jóvenes y adolescentes: colores chispeantes y llenos de vida como el violeta, rosa, amarillo, naranja, azul y en general colores muy brillantes. Los jovencitos visten de negro porque andan en busca de su identidad, pero hay que tener cuidado con la utilización del negro en sus habitaciones, pues pueden llevarlos a una vida triste y retraída, a encerrarse por horas sintiéndose totalmente incomprendidos.
0 comentarios:
Publicar un comentario