17 de abril de 2012

Doce mentiras del sexo que no te puedes creer


México; D.F | Elisabeth G. Iborra | Redacción .—  Todas las mentiras que te impiden disfrutar de la sexualidad, tíralas a la basura ya que el sexo es uno de los temas en los que intervienen más tabúes, mitos y medias verdades.



Mentira #1

Ella espera a un supermacho

No, las mujeres no necesitamos un superman que esté toda la noche practicando el kamasutra al completo ni que tengas una erección constante, de veras. Hay que aclararlo porque a muchos esa supuesta exigencia está creándoles tanta ansiedad que se quedan bloqueados y son incapaces de eyacular y/o de llegar al orgasmo. La eyaculación precoz también puede venir de ahí. El gran problema es que si les pasa dos veces ya anticipan que les va a pasar siempre... y efectivamente, la profecía se cumple por puro condicionamiento mental.

Mentira #2

Las mujeres tienen dos tipos de orgasmos

No tienen dos tipos de orgasmos. Sólo se produce por estimulación del clítoris. Otra cosa es que la estimulación sea directa, con la lengua, los dedos, algún juguetito, etc. O indirecta: al penetrar en la vagina por rozamiento del clítoris desde dentro. El clítoris es un miembro similar al pene en cuanto a que también se pone en erección y consta de glande, cuerpo y raíces. Para tu sorpresa, hay algunos de mayor longitud que ciertos penes. Sin intención de ofender ni de entrar a competir, que conste.

Mentira #3

El clítoris siempre está esperándote

En vez de hablar del cunnilingus, proponemos llamarle minete, como en portugués, que suena mucho más apetecible y pronunciable. Todo generoso caballero que se esfuerce por hacer un buen minete se habrá dado cuenta de que cuando está ahí masajeando el clítoris con la lengua y los labios, justo cuando ella va a tener el orgasmo, el capuchón lo envuelve y el clítoris ¡desaparece! Como nosotras conocemos dónde se esconde, la solución es quedarte allá quieto, sin levantar la cabeza, ejerciendo presión; no importa que no se note nada, tú sigue a la chica, que ya sabe cómo moverse, hasta que grite basta.

Mentira #4

La infidelidad es una excepción a la regla

A pesar de que ambos sexos mantienen ideológicamente su rechazo a la infidelidad, más de la mitad de la población es infiel o lo ha sido alguna vez. En la mayoría de las sociedades la infidelidad es habitual, así como entre el 99% de las especies animales. Los científicos han comprobado que somos neurológicamente capaces de desear a más de una persona a la vez, aunque sea de diferentes maneras.
Puedes sentir un profundo apego hacia tu novia, sin que eso te impida vivir una historia apasionada con alguien del gym, y a la vez, experimentar deseo sexual mientras ves un anuncio de colonias. Eres normal, tranquilo. Lo de la monogamia es un invento del ser humano para favorecer la cría de los hijos. Lo que decidas hacer con esas pulsiones es cosa tuya.

Mentira #5

El amor es un sentimiento indescriptible

No, el amor es otro invento del ser humano para justificar el matrimonio y la monogamia. Otra cosa es el enamoramiento, y lo identificarás sin problemas por el tremendo cóctel de hormonas que se te activan en el cerebro y te dejan totalmente K.O. por unos 3 o 4 años.
La dopamina es la que nos proporciona el estado del bienestar que nos pone cara de tontos; la serotonina, cuando está en pico, es la responsable de la pasión; pero en cuanto se pasa la euforia, llega la oxitocina, esa molécula del amor que fomenta el cariño, el apego y el deseo, o sea, es la que mantiene el vínculo. Y la vasopresina ayuda a la fidelidad. Son independientes y funcionan a lo largo del tiempo, si bien hay interacción y feedback entre todas ellas.

Mentira #6

La pildorita azul obra milagros

Si la mujer con la que quedas no te atrae nada, lo único que vas a conseguir es estar sufriendo dolores toda la noche. Y si tienes problemas de erección, lo adecuado sería acudir al especialista, porque probablemente la causa sea psicológica y, como no la resuelvas, vas a tener que ser adicto a la viagra toda la vida.
Bajo ningún concepto te las autorrecetes, y se desaconseja seriamente comprarlas por Internet o a un camello de esos que trafican por las discotecas pues muchas son falsificaciones y tienen de todo menos el ingrediente fundamental. Así que no será tan eficaz, y el soponcio puede ser peor porque igual te da por pensar: “Ya no funciono ni con la pastilla supuestamente milagrosa”.

Mentira #7

La fimosis influye en la eyaculación precoz

Si tuvieras que creerte todas las sandeces que se publican sobre la fimosis y la circuncisión, acabarías castrándote. Aclaremos esto: La circuncisión consiste en realizar un cortecito en el frenillo para que el prepucio que cubre el glande se retire con facilidad. La capacidad de aguantar la eyaculación más o menos tiempo no depende de que se haya realizado o no esta operación. Ni de la fimosis, que se detectaría por el dolor que siente el hombre al intentar deslizar el prepucio dejando el glande al descubierto, algo necesario no sólo para la higiene del miembro, sino para realizar penetraciones placenteras. La causa de la eyaculación precoz radica siempre en la cabeza, en alguna conexión de los cables del cerebro que condicionan el autocontrol. Así que si algún médico te quiere operar ahí antes de realizarte un examen psicológico serio, huye.


Mentira #8

No debes practicar sexo antes de una competición

No te creas eso de que los atletas deben abstenerse de todo tipo de actividad sexual durante varios días antes de participar en pruebas deportivas tales como el fútbol o las carreras, a fin de no desperdiciar la energía que van a necesitar para ganar con actos tan infructuosos como los sexuales. Lo cierto es que no desgasta tanto, no se consumen tantas calorías, ni se pierde mucho peso; vamos, que no tiene ninguna influencia en la competición. De hecho, en varios campeonatos mundiales se comprobó que los equipos que habían disfrutado de total libertad quedaban sin problemas como campeones (de su especialidad deportiva, no del sexo).

Mentira #9

Los hombres siempre quieren más sexo

Eso de que los hombres siempre desean más sexo... no es del todo cierto. A partir de cierta edad, tendrás que admitir que ya no tienes tantas ganas como antes; son muchos los hombres que reconocen que el afecto y la comunicación son más decisivos que el coito en sí. En cambio, las mujeres que teníamos fama de alegar jaquecas, a partir de los 30 empezamos a disfrutar más que nunca, sobre todo porque ya hemos explorado nuestro cuerpo o experimentado lo suficiente como para saber que, sin estimulación clitoriana, no merece la pena esforzarse en hacer virguerías en la cama.


Mentira #10

La masturbación es para solteros desesperados

Desde el punto de vista de gran parte de las parejas de todas las edades, si estás con alguien ya no necesitas masturbarte porque es esa persona quien te satisface en la cama.
Para esta gente, masturbarse a solas sería como una traición, algo interpretable como que no se es suficientemente hábil o que el otro quiere más de lo que él le da. Que no. Que masturbarse a solas es muy sano, rápido, se aprende mucho y no tiene nada que ver con la satisfacción que te da tu pareja. Y practicarla con ella puede ser muy divertido.


Mentira #11

El sexo te puede matar

No son pocas las leyendas urbanas de gente que ha sufrido un infarto en pleno acto sexual. Y de ahí, se ha difundido que las personas afectadas del corazón, si mantienen relaciones sexuales, deben ir con cuidadito, permaneciendo físicamente inactivos durante el coito, no vaya a ser que les estalle el corazón de pura pasión: “Quita, quita, no sea que se me vaya a quedar muerto con el esfuerzo…”. Científicamente, salvo prescripción clínica, haber sufrido o sufrir una patología cardiovascular no tiene por qué contraindicar un buen acto sexual, que no resulta más peligroso que subir dos tramos de piso de escalera. Ni mucho menos todas las demás alternativas a la penetración, que serían lo más parecido en cuanto a sacrificio físico a comerse un helado.

Mentira #12

Los juguetes sexuales son cosa de chicas

Es cierto que cada vez hay más chicas que confiesan que tienen un vibrador. Sin embargo, ello no significa que los juguetes sexuales sean patrimonio femenino ni que los chicos no sepan sacarles partido. Atrás quedaron los tiempos en que un hombre recelaba de estos juguetes, pensando que él ya lo tenía todo para complacer a su pareja. Lo que sí es curioso es la forma en que los hombres adquieren estos juguetes: generalmente los compramos por Internet, porque es más fácil, más barato y más discreto.

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