Muchos padres creen que esta materia es similar al recreo o al tiempo de ocio del niño, y esto es un error. La E.F. es tan importante como pueden ser las asignaturas “de toda la vida”, como los son Español o las Ciencias Naturales. Esta facultad es imprescindible para el desarrollo completo del alumno, ya que no hay que cultivar únicamente la mente. Disciplinar y crear ciertos hábitos en el cuerpo es igual de importante para formarnos como una persona íntegra en todos los aspectos.
Practicar cualquier actividad física conlleva un sinfín de beneficios para nuestro organismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “realizar cada semana 150 minutos de una actividad física moderada puede reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades”.
Existen infinitas formas de alcanzar el objetivo que nos propone esta organización, bien sea a través de cualquier deporte, como puede ser el fútbol, baloncesto, béisbol, etcétera.
Según explica el doctor Ala Alwan, subdirector general de la OMS de Enfermedades No Transmisibles y Salud, “la actividad física desempeña una importante función en la reducción de la incidencia de determinados cánceres. La inactividad física ocupa el cuarto lugar entre los factores de riesgo de todas las defunciones a escala mundial, y el 31 por ciento de la población del mundo no realiza ninguna actividad física”.
Para los más jóvenes también son aplicables los beneficios de la práctica de ejercicio. La citada organización explica que, “entre los 5 y 17 años, un mínimo de una hora a la semana de actividad física entre moderada e intensa puede proteger la salud de individuos que se encuentren en esta franja de edad y, a su vez, reducir el riesgo de algunas enfermedades”.
Los objetivos
Como dice Iván Gaitán, profesor diplomado en Educación Física, “ante todo la E.F. es educación. Es una disciplina fundamental para la educación y la formación integral del alumno ya que ofrece la posibilidad de desarrollar en el niño destrezas afectivas, motoras y cognitivas esenciales para su día a día y para su proyecto de vida”.
Estas destrezas, según el experto, se refieren entre otras a “crear hábitos saludables en cuanto a alimentación, higiene, prevención de lesiones o control postural. Además, esos hábitos ayudan a utilizar de forma constructiva el tiempo libre, así cuando terminen el colegio y lleguen a su casa no entrarán en sedentarismo, les ayudará a practicar deporte y por tanto a utilizar su tiempo de ocio”.
Educación física versus deporte
Gaitán Muñoz estima oportuno “impartir la asignatura al comienzo de la etapa escolar por todos los beneficios que conlleva. También el deporte, que no es sinónimo de educación física, se puede iniciar a una edad temprana, pero se debe hacer hincapié en un control más restrictivo por parte del entrenador. Hay que tener en cuenta que los niños no son adultos en pequeño; por tanto, hay que adaptar el entrenamiento de la práctica deportiva a las capacidades de los alumnos”, aclara.
“Muchos entrenadores de fútbol adecuan el entrenamiento de los “mayores” a los más “pequeños”, y esto es un error. Hay que tener en cuenta que un niño necesita jugar antes que realizar ejercicios tan sistemáticos como ocurre en la mayoría de entrenamientos”.
Sin embargo, los educadores dicen que es recomendable que el alumno complemente las clases de E.F. con actividades en las que se practique actividad física.
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