9 de marzo de 2012

Atención a lo que haces: ¡tus hijos te imitan!


España.- | EFE.- La conducta de los padres tiene una influencia determinante en los hábitos de sus hijos, tal y como se desprende de los resultados del estudio “La influencia de los padres sobre el consumo de alcohol y tabaco, y otros hábitos”, realizado por la Fundación Kovacs y en el que han participado 4 mil 019 adolescentes y 7 mil 359 padres para determinar la influencia del nivel sociocultural y los hábitos de los padres en los de los adolescentes.

Según el doctor Francisco Kovacs, primer autor del estudio, los resultados reflejan que “el bajo nivel sociocultural de los padres y el que la madre beba alcohol tienen el efecto más determinante sobre el consumo de alcohol y tabaco por parte de los hijos”.

“Además” —prosigue— “los hijos tienden a reproducir los hábitos de sus padres, como la práctica de deportes, el consumo de alcohol o el consumo excesivo de televisión”.

Según Kovacs, “estos resultados sugieren que los padres deben asumir su responsabilidad en la educación de los hijos y ejercer como padres, no como amigos o colegas”.

El análisis de los datos refleja que las madres fuman y beben menos que los padres. No obstante, la diferencia entre los sexos es de signo opuesto entre los hijos, entre los que las chicas fuman más que los chicos, y beben aproximadamente lo mismo.

Mientras que el hecho de que el padre beba alcohol no tiene influencia sobre sus hijos, el que la madre lo haga prácticamente dobla el riesgo de que sus hijos adolescentes lo hagan.
Las costumbres se heredan

Curiosamente, el que la madre beba también aumenta el riesgo de que sus hijos, y especialmente sus hijas, fumen. Estos hallazgos podrían sugerir que el hecho de que la madre (y no el padre) beba alcohol aumenta en general los hábitos tóxicos de sus hijos, según Kovacs.

Según el estudio, el nivel sociocultural de los padres influye en muchos aspectos de los hábitos y las conductas de sus hijos; aumenta el riesgo de que fumen, beban alcohol, suspendan asignaturas, no practiquen deporte y vean más horas de televisión.

La influencia de los genes.


La influencia de los padres sobre los hijos incluso podría ser más decisiva y profunda de lo que sugieren las investigaciones de Kovacs y otros expertos. En dicha influencia podrían intervenir no sólo los factores del aprendizaje en el seno familiar, sino también elementos genéticos.

La memoria de un niño y la gravedad de los trastornos de aprendizaje que podría padecer podrían verse afectados por lo que su madre hizo antes de la adolescencia, según sugiere un estudio del Centro Médico de la Universidad de Rush y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tufos, en Estados Unidos.

Los investigadores americanos estudiaban el funcionamiento cerebral de ratones preadolescentes que habían sido modificados genéticamente para tener un defecto en la memoria. Cuando a los jóvenes ratones se les exponía a un ambiente estimulante, en el que podían aumentar sus relaciones sociales y realizar ejercicio, retrocedía el defecto de memoria.

Después de unos meses los mismos ratones fueron fecundados y dieron a luz a una descendencia que tenía la misma mutación genética. Pero sus descendientes no mostraban el defecto de memoria, aunque nunca fueron expuestos a un ambiente enriquecido como sus madres.

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