MÉXICO, DF. | El universal .- Cinco jugadores de la Selección Mexicana de Futbol que no superaron el antidoping en junio pasado fueron finalmente exonerados por la Federación Mexicana de ese deporte debido a que la sustancia prohibida que se detectó en sus cuerpos, el clembuterol, provenía del consumo de alimentos que la contenían.
No es la primera vez que ocurre: reiteradamente se han hecho denuncias públicas en México sobre la detección de carne para consumo humano contaminada con clembuterol, pese a la prohibición de su uso. Pero ¿qué tan dañina puede ser esta sustancia? ¿Es un gran riesgo para la salud pública?
Especialistas de la UNAM consultados al respecto argumentan que este aditivo (utilizado en la medicina humana y animal, por sus efectos anabolizantes y como dilatador de los bronquios) no representa un gran peligro para la salud. Lo que sí es preocupante —advierten— es la falta de control sanitario, particularmente en los rastros de “traspatio” o en zonas rurales.
“Es necesario el control, aplicar las normas sanitarias correspondientes, pues están como el Reglamento de Tránsito, son letra muerta. Y el asunto del clembuterol es pecata minuta frente a otras condiciones”, dice tajante el investigador Jorge Tórtora Pérez, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FES-C) de la UNAM.
Grandes dudas
El académico del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de esa entidad se refiere al control de otros contaminantes en alimentos, que debiera ser —dice— mucho más estrictamente aplicado: “Los que consumimos, ¿están libres de antibióticos, pesticidas, microorganismos y sus toxinas?”, inquiere y él mismo responde:
“Si me contestan que sí, les preguntaría: ¿cuál es la cobertura?. En carnes, ¿se incluyen los rastros municipales y las matanzas detrás de las casas? En leche, tenemos cobertura de las grandes empresas pasteurizadoras... ¿y de los boteros? Es obvio que si no se normatiza y controla la comercialización, el resto es inaplicable”, añade.
“Algunas personas (ganaderos) mal informadas sobre el uso de esta sustancia la han seguido utilizando y puede llegar al humano, sobre todo si se tiene la premura de enviar el ganado al rastro antes de que se cumplan tres días” (periodo en el que se eliminan trazas del clembuterol), reconoce por su parte el doctor Humberto Arellano, también de la FES-C.
Este problema se ha visto básicamente en el ganado bovino, aunque también se ha detectado el empleo (en dosis mínimas y controladas) en cerdos, precisa el productor del estado de Querétaro, adscrito al Centro de Enseñanza Agropecuaria de esa institución superior.
Sin embargo, aclara Arellano, estas situaciones podrían prevenirse con la toma al azar de muestras de alimento en cada corral (uno contiene de 50 a 60 animales, aunque en algunos casos el número llega a centenas). “Ahí debería empezar el rastreo, en el mismo lugar donde se están produciendo los animales, para complementar la verificación que se hace en los rastros Tipo Inspección Federal”.
No es genotóxico
A través de un comunicado de la UNAM, otro investigador del Departamento de Fisiología y Farmacología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Héctor Sumano López, aclaró que según diversos estudios científicos, el clembuterol no es genotóxico, es decir, no induce la aparición de células cancerosas en el genoma animal o humano, ni tampoco abortos.
Descartó que la carne de bovinos, porcionos, caprinos y ovinos, así como de aves de corral producida en granjas y establos mexicanos certificados por las autoridades sanitarias represente algún riesgo para los consumidores. Consideró que el empleo de clembuterol no sería costeable para los productores y admitió que la ingesta de una leve cantidad de hígado de res o de cerdo contaminados con él podría causar problemas.
Sin embargo, explicó que para que esto represente un verdadero riesgo los consumidores tendrían que ingerir carne con residuos de clembuterol a diario y en proporciones inusualmente elevadas. Por su parte, Tórtora anota que estos reisgos pueden prevenirse si se da tiempo suficiente para que los residuos de esa sustancia desaparezcan antes de sacrificar al animal.
A diferencia de Sumano, el académico de la FES-C estima que otros aditivos como el zilpaterol y la ractopamina, de efectos similares al clembuterol pero permitidos en muchos países (incluido México) son más caros para los ganaderos.
“El problema real es de competencia entre productos similares, unos permitidos y otros no. En poco tiempo todos estos aditivos también serán de una u otra forma prohibidos y el problema en México seguirá siendo el mismo: la falta real de controles”, anticipó Jorge Tórtora.
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