
La causa más plausible es el aumento del número de fumadoras en los últimos años y los cambios registrados en la composición química de los cigarros, afirman los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense (NCI).
En ella los científicos comprobaron que los fumadores tienen cuatro veces más posibilidades de desarrollar un cáncer de vejiga que un no fumador.
También constataron que más de la mitad de los casos de cáncer de vejiga entre las mujeres se debe al hábito de fumar.
Anteriores estudios habían estimado en tres veces más las posibilidades de los fumadores de tener un cáncer de vejiga y atribuían al tabaco sólo entre 20 y 30 por ciento de los casos de este tipo de tumor en las mujeres.
“La asociación creciente entre fumar y cáncer de vejiga puede deberse a los cambios en la composición de los cigarrillos y en los hábitos de fumar”, dijo el autor principal del estudio, Neal Freedman, de la división de epidemiología y genética del NCI.
A casi medio siglo de distancia, los fabricantes han reducido el alquitrán y la nicotina en los cigarrillos, lo que dado como resultado el aumento en los niveles de carcinógenos específicos como la beta-naftilamina, agente bien conocido como cancerígeno para la vejiga.
Más de 350 mil personas son diagnosticadas de cáncer de vejiga en todo el mundo cada año.
El hecho de que la incidencia del cáncer de vejiga en Estados Unidos se haya mantenido estable en los últimos 30 años, pese a una disminución general del hábito de fumar, es ilustrativo del riesgo cada vez mayor para los consumidores de tabaco, señala el estudio.
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