E.U; Chicago | - | La Jornada .— El control y eventual cura del cáncer es uno de los mayores retos que enfrentan los sistemas de salud del mundo, sobre todo luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que en las próximas dos décadas el número de casos crecerá 75 por ciento. De ahí el interés que centros de investigación tienen en este tema y que en el Congreso de la Sociedad Estadunidense de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés) se demuestra con la presentación de los resultados de más de 5 mil trabajos científicos.
Un tumor maligno puede crecer en cualquier parte del organismo, sin distinción de edad, sexo o nivel socioeconómico, advierten expertos que según su área de especialidad abordan la enfermedad desde diferentes ángulos. Uno es el cáncer geriátrico, el cual afecta a las personas mayores de 60 años de edad, y cuyo estudio se inició a mediados de la década de los 80.
Actualmente es un área de relevancia, dada la transición demográfica y el rápido crecimiento de la población de más de 60 años.
Matti Aapro, de la Clínica Genolier del Instituto Multidisciplinario de Oncología de Suiza, realiza investigaciones sobre cáncer geriátrico desde finales de los 80. Parte de la premisa de que no se pueden extrapolar resultados sobre la enfermedad y los tratamientos de estudios realizados en personas más jóvenes. Los adultos mayores, dijo, deben tener a su alcance las mejores terapias posibles, acordes con su realidad.
Aapro reconoce que faltan años de trabajo antes de que el conocimiento sea suficiente para lograr un abordaje integral del cáncer entre personas mayores.
En el otro extremo están los tumores de la infancia, sobre los cuales los investigadores se apoyan ya en la medicina genómica para identificar mutaciones que condicionan el desarrollo de la enfermedad, así como para aplicar terapias dirigidas a dichas alteraciones genéticas.
Chin-Hon Pui, jefe del Departamento de Oncología del Hospital de Investigación de la Infancia de St. Jude de Memphis, Estados Unidos, presentó resultados de análisis mediante los cuales logró identificar variaciones cromosómicas específicas, asociadas a la leucemia linfoblástica aguda.
Aseguró que con esta información es posible seleccionar medicinas y dosis específicas para cada paciente, a fin de lograr su curación. Las terapias personalizadas en el hospital St. Jude lograron en la década pasada 90 por ciento de curación y, además, sin que los infantes sufrieran los efectos secundarios de las quimioterapias.
Los tumores del sistema nervioso central, como neuroblastomas, son otra de las áreas en las que ya existen algunos avances. Edward F. Attiyeh, del Hospital Infantil de la Escuela de Medicina de Filadelfia en la Universidad de Pensilvania, comentó que la información genética de este cáncer es útil sobre todo en los niños que hasta ahora han tenido una respuesta muy limitada a los tratamientos clínicos.
Reconoció, sin embargo, que todavía es mucho lo que se requiere investigar en los grupos pediátricos para tener información completa y herramientas terapéuticas capaces de hacer frente y "corregir" las mutaciones genéticas.
0 comentarios:
Publicar un comentario