México; Guadalajara | - | Informador .— Nada de quedarse dormidos en sus laureles. Nada de sentir “que ya la hicieron” porque tienen un éxito en la radio. Nada de confiarse de que tras un Disco de Oro llegará el siguiente. Para el grupo Elefante, la marcha no se detiene. Los retos son constantes. El hambre por triunfar no se apaga.
Así lo entiende Rafa (guitarra eléctrica y compositor), quien junto con Javi (voz), Ahis (guitarra acústica), Tracks (bajo) e Iguana (batería) le dan forma a uno de los conceptos sonoros con mayor vigencia en el panorama de la música pop-rock mexicana. “El grupo es uno de los proyectos más maravillosos en los que hemos estado, creo que eso lo puedo decir a nombre de todos en la banda. Ya son muchos años de giras, de conciertos, y cada vez nos sentimos más relajados con nuestro trabajo y comprometidos con hacer las cosas mejores, no tenemos presión de hacer o demostrar nada”.
El grupo celebra 10 años sobre los escenarios con el disco 87600, una placa donde retoman sus bases románticas, pero también se dan tiempo de lanzar un mensaje de paz en momentos en los que la banda considera que el país lo requiere.
“Creo que una de las cosas que distingue a Elefante de otros grupos es que nos preocupamos por tener siempre buenas composiciones en los discos, cuidar las letras”, explica Rafa en entrevista. “Nos inspiramos en enormes compositores como Serrat, Sabina y hasta Juan Gabriel para hacer nuestro trabajo y creo que eso inconscientemente termina permeando mucho en la forma en que van saliendo las letras”.
Negociación creativa
El sencillo que actualmente promociona Elefante es Son del corazón, una canción que apela a la buena voluntad a la energía positiva por parte de toda la sociedad. Sin embargo, la placa está integrada por temáticas diversas. El amor, la soledad, los rompimientos y la fuerza de voluntad, además de los temas que invitan a la fiesta completan el material.
Para el músico y compositor la clave en la vigencia de Elefante parte justamente de las diferencias que hay a nivel interno, y cómo éstas se complementan. “Creo que si cada uno de los integrantes de la banda lanzara un disco, ninguno sonaría a Elefante (risas). Sin embargo estas son las diferencias que nos enriquecen”.
El salto y los ídolos
En los 10 años de actividad que tienen, Elefante ha conquistado diversos escenarios y países. Pero, a juicio de Rafa, lo más difícil era dar el salto generacional. No encantar solamente a los que conocieron a grupo en su génesis, sino llegar a una generación más joven. “Hace 10 años veíamos en nuestros conciertos a jóvenes de 17, 18 años en las primeras filas. Ahora, seguimos viendo a gente de esa edad, a los que les llegó nuestra música por la influencia de su familia, de sus hermanos, sus papás”.
Rafa valora este cambio de edades en sus seguidores, porque considera que Elefante “no es una banda que viva del momento, no somos el grupo que salió de repente. Somos un conjunto establecido, que tiene sus seguidores y con quienes compartimos una conexión musical y a los que se han sumado nuevos”.
Sobre las metas que tiene el grupo, el músico anota que la brújula apunta lejos.
“Vamos a estar muy pronto dando concierto en Guadalajara. Este fin de semana nos presentamos en Puerto Vallarta y la idea es llevar nuestro disco más reciente a Estados Unidos, América del Sur y España”.
El dato
Una elección original
Una elección original
Aunque parece un nombre que fue seleccionado de forma aleatoria, el bautizar 87600 al disco más reciente de Elefante tiene un claro porqué, como lo explicó en su momento Iguana, el baterista de la banda: “Ochenta y siete mil 600 son las horas que hay en 10 años, que es lo que estamos celebrando de carrera, una década de estar vigentes y es muy difícil en este medio”.
FRASE
"Yo no creo en esas bandas donde todos piensan lo mismo y todo lo ven de un solo color"
Rafa, guitarrista de Elefante.
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