D.F | - | El Universal .— La legislación para combatir el tabaquismo en México ha demostrado ser insuficiente, ya que a pesar de las restricciones para fumar en los espacios públicos cerrados y a las limitaciones en los espacios publicitarios, cada vez se fuma más y a edades más tempranas, afirmó Fernando Cano Valle, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
De acuerdo con el especialista en neumología, el tabaquismo no es ni debe ser visto únicamente bajo una perspectiva médica, porque se trata más bien de un problema social que aparece cuando la educación, la legislación y la medicina preventiva han fallado al proporcionar información oportuna.
"Se convierte en un problema médico hasta que se llega a la adicción a la nicotina, o por las enfermedades relacionadas a su consumo o inhalación", explicó.
Por ello, destacó la necesidad de formar y capacitar personal del área de la salud para combatir la adicción al tabaco desde la medicina preventiva, y no desde la curativa, como se ha venido haciendo.
"Hay que enseñar las consecuencias desde la edad preescolar y no en la adolescencia, ya que no todos llegan a esos grados escolares; bien poco se puede hacer si en nuestro país tenemos 32 millones de personas que no han terminando la primaria, 7 millones de analfabetas, e insuficiente información sobre el tabaquismo en los libros de texto.
La realidad es que se empieza a fumar a los 9 o 10 años de edad", aseveró el integrante del Núcleo de Estudios en Salud y Derecho del IIJ.
El también ex director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y de la Facultad de Medicina de la UNAM, agregó que el tabaquismo es la primera causa de mortalidad prevenible en el mundo, pues no sólo afecta a los fumadores, sino también a los que están a su alrededor.
Cuando ya es problema médico
Cada año, 6 millones de personas mueren alrededor del mundo, ya sea por la adicción a la nicotina o por respirar el humo que emana de un cigarrillo. Con la tendencia actual, en 2030 el tabaco matará a más de 8 millones de personas al año, y si no se adoptan medidas urgentes, el cigarro podría, a lo largo del siglo XXI, acabar con la vida de mil millones de personas o más, de acuerdo con el Informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la Epidemia del Tabaquismo 2011.
En México, la situación no es distinta: el tabaquismo provoca la muerte de más de 60 mil personas al año (165 al día), además de ser factor de riesgo en 6 de las 8 principales causas de mortalidad: cardiopatía isquémica; enfermedades cerebro-vasculares; infecciones de las vías respiratorias inferiores; enfermedad pulmonar obstructiva crónica; cáncer de tráquea, bronquios y pulmones; y de promover complicaciones en la tuberculosis, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS en su reunión anual del 2011.
Fumadores pasivos: desde muerte súbita hasta cáncer
La OMS informó recientemente que en México existen casi 11 millones de fumadores y que 10.9 millones de mexicanos (casi la misma cifra) están expuestos en sus hogares al humo de tabaco, llamado de segunda mano (HTSM), lo que los convierte en fumadores pasivos.
Habría que agregar una cifra más grande (e imprecisa) por los expuestos al humo en las calles, ambientes y superficies donde quedan las partículas del humo al que se le llama de tercera mano.
"Desde hace un par de años se ha demostrado que el humo del tabaco no sólo afecta a los fumadores y a los pasivos; es incuestionable el daño del tabaco al humano. No tengo duda de que el fumador transfiere los contaminantes a su medio ambiente", aseguró el doctor Fernando Cano.
El informe de la OMS y la OPS indica que dentro de las enfermedades que se han asociado a la exposición involuntaria al humo del tabaco en población infantil (quienes suelen ser los más afectados), destacan el síndrome de muerte súbita; infecciones respiratorias agudas; síntomas respiratorios crónicos; reducción del crecimiento de la función pulmonar; asma o agravamientos de los síntomas asmáticos, así como enfermedades agudas y crónicas del oído medio.
En la población adulta, se ha asociado al humo de tabaco en el ambiente con cáncer de pulmón y laríngeo, síntomas respiratorios, enfisema pulmonar, enfermedad cardiovascular, cáncer de esófago y agravamiento del asma.
Para concluir, Fernando Cano Valle afirmó que los fumadores no siempre son del todo conscientes del daño que hacen a terceros, o al menos no lo hacen con intención de dañarlos.
Por lo tanto, ellos también requieren apoyo de la sociedad para entender las consecuencias de sus actos en otros, y que esto los motive a enfrentar su adicción a la nicotina.
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
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